Gimnasia pasó por encima a un débil Douglas Haig, le ganó por 3 a 0 y lo superó en todos los aspectos del juego. Con un muy buen andar colectivo e individual, el equipo de Pedro Troglio fue firme atrás a pesar de la debilidad del rival, dinámico y sacrificado en el medio, y punzante arriba. Fue la noche de los zurdos: con tres perfectos remates de Facundo Pereyra (9m. PT), Ignacio Fernández (23m. ST) y Matías García (32m. ST), el Lobo venció claramente al equipo de Pergamino y pasó a 24avos. de final de la Copa Argentina, donde se cruzará con Excursionistas.
Aunque no terminó siendo un rival de fuste el conjunto de Darío Tempesta, el Lobo puede respirar aliviado. Luego del irregular final del semestre anterior, el equipo de Pedro Troglio mostró una gran entereza en el retorno a la competencia oficial y ganó con autoridad, mostrando destacados e interesantes rendimientos individuales, como la grata sorpresa que significó el gran partido de Maximiliano Meza, y la cada día más profunda confirmación del crecimiento futbolístico de Ignacio Fernández, uno de los silenciosos líderes del Lobo.
En un arranque demoledor, el Lobo arrinconó con suma presión al Carbonero, duplicó y hasta triplicó las marcas en el medio y no lo dejó pensar. Además, con la tenencia, los volantes ofensivos se soltaron con claridad de ideas y afloraron las primeras asociaciones, con Meza como iniciador y Pereyra como finalizador.
Así fue la primera llegada, con el juvenil arrancando de derecha al medio, apilando más de un rival, y cediendo para Licht pero en un rebote la pelota le quedó a Pereyra y no fue la apertura del marcador de milagro.
Aunque no terminó siendo un rival de fuste el conjunto de Darío Tempesta, el Lobo puede respirar aliviado. Luego del irregular final del semestre anterior, el equipo de Pedro Troglio mostró una gran entereza en el retorno a la competencia oficial y ganó con autoridad, mostrando destacados e interesantes rendimientos individuales, como la grata sorpresa que significó el gran partido de Maximiliano Meza, y la cada día más profunda confirmación del crecimiento futbolístico de Ignacio Fernández, uno de los silenciosos líderes del Lobo.
En un arranque demoledor, el Lobo arrinconó con suma presión al Carbonero, duplicó y hasta triplicó las marcas en el medio y no lo dejó pensar. Además, con la tenencia, los volantes ofensivos se soltaron con claridad de ideas y afloraron las primeras asociaciones, con Meza como iniciador y Pereyra como finalizador.
Así fue la primera llegada, con el juvenil arrancando de derecha al medio, apilando más de un rival, y cediendo para Licht pero en un rebote la pelota le quedó a Pereyra y no fue la apertura del marcador de milagro.
Apenas iban 4 minutos y era el presagio de lo que vendría. Porque cinco minutos después nuevamente el hábil correntino se filtró con velocidad de derecha al medio, ahora sí cedió claramente para Pereyra y éste, con un furibundo zurdazo, clavó la pelota a la izquierda de Guillermo Álvarez, que nada pudo hacer.
Marcada la apertura, el Lobo se descontracturó más y con la habilidad de Meza, la versatilidad de un cada día mejor jugador Nacho Fernández, y la punción de Pereyra, los riesgos sobre el arco de Álvarez fueron cada vez mayores, con un Gimnasia protagonista por gran mérito propio, por decisión, pero también por desmérito del rival, que nada propuso en ofensiva y peor aún, tampoco quedó claro si había llegado al Bosque a defenderse… poco, poquito de un equipo que peleará por no volver al Torneo Argentino.
Ese dominio a voluntad del Lobo tuvo que ver con la superioridad de jerarquía individual en ofensiva, y también del medio hacia atrás.
Marcada la apertura, el Lobo se descontracturó más y con la habilidad de Meza, la versatilidad de un cada día mejor jugador Nacho Fernández, y la punción de Pereyra, los riesgos sobre el arco de Álvarez fueron cada vez mayores, con un Gimnasia protagonista por gran mérito propio, por decisión, pero también por desmérito del rival, que nada propuso en ofensiva y peor aún, tampoco quedó claro si había llegado al Bosque a defenderse… poco, poquito de un equipo que peleará por no volver al Torneo Argentino.
Ese dominio a voluntad del Lobo tuvo que ver con la superioridad de jerarquía individual en ofensiva, y también del medio hacia atrás.
Porque además de que los centrales quitaron cualquier pelota aérea que pasó cerca, el encomiable esfuerzo (y rudeza) de Pouso fueron claves, junto a la presión que siempre protagonizó Oreja, para atar de pies y manos a un rival tibio.
Gimnasia no aumentó la diferencia en el primer tiempo porque Pereyra primero, y Peralta después marraron chances claras de gol.
Si el partido era cuesta arriba para Douglas, se terminó de complicar con la expulsión, a los 4m. del ST, de su delantero de área, Augusto Álvarez, por un fuerte codazo contra Barsottini. Gimnasia, aunque a veces con cierto desdén, sólo esperó el momento para dar la estocada final.
Luego de un serio llamado de atención en el minuto 22 por un disparo de Alba que Monetti mandó el córner con gran esfuerzo, y a sabiendas que el Carbonero mejoró con la salida de Álvarez, el Lobo lo definió.
Si el partido era cuesta arriba para Douglas, se terminó de complicar con la expulsión, a los 4m. del ST, de su delantero de área, Augusto Álvarez, por un fuerte codazo contra Barsottini. Gimnasia, aunque a veces con cierto desdén, sólo esperó el momento para dar la estocada final.
Luego de un serio llamado de atención en el minuto 22 por un disparo de Alba que Monetti mandó el córner con gran esfuerzo, y a sabiendas que el Carbonero mejoró con la salida de Álvarez, el Lobo lo definió.
A la salida de ese tiro de esquina partió una lapidaria contra comandada por García. Luego de recorrer casi 70 metros, cedió a la izquierda para Nacho Fernández que, con solvencia, definió cruzado y abajo, inatajable.
Coronó, el exTemperley, una noche de ensueño: enorme visión de juego, gran despliegue físico, extraña claridad para leer las decisiones que debe tomar, habilidad para sacarse algún que otro rival de encima y sacrificio innegociable. Virtudes que hacen de Nacho un titular indiscutido.
Mientras Troglio le dio minutos a Matías Quiroga para que convirtiera y recuperara la confianza, Meza siguió haciendo de las suyas y luego de un slalom dentro del área dejó a García sólo contra Álvarez, a quien el zurdo fusiló y marcó el 3-0 final en los 32 minutos.
Sólo quedó tiempo para un increíble cabezazo marrado por Quiroga y el delirio del pueblo tripero que, con el gran andar del equipo en todas sus líneas, comienza a ilusionarse nuevamente.
Mientras Troglio le dio minutos a Matías Quiroga para que convirtiera y recuperara la confianza, Meza siguió haciendo de las suyas y luego de un slalom dentro del área dejó a García sólo contra Álvarez, a quien el zurdo fusiló y marcó el 3-0 final en los 32 minutos.
Sólo quedó tiempo para un increíble cabezazo marrado por Quiroga y el delirio del pueblo tripero que, con el gran andar del equipo en todas sus líneas, comienza a ilusionarse nuevamente.
DANILO&DIEGO
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