El partido empezó con un buen manejo de la pelota de Gimnasia en el arranque del partido, que se
adueñó del mediocampo y generó juego en campo rival, al punto que a los 6
minutos Mussis tuvo su primera situación mediante un remate cruzado que
Santillo llegó a desviar sobre la línea. Un aviso de que el Lobo
llegaba al Sur a jugar, a buscar los tres puntos, pero sin regalarse
porque no podía perder.
De esta manera se mantuvo el encuentro hasta los 20 minutos, aproximadamente. Pero desde entonces el Lobo empezó a perder la pelota y Banfield se adelantó en la cancha, tuvo un par de chances para convertir y así el trámite del encuentro se tornó más parejo que en el inicio. Igualmente, no hubo un dominador claro al cabo de la primera media hora de juego.
En el último cuarto de hora fueron los locales los que más generaron situaciones claras para convertir dos veces a través de Prichoda, el jugador más desequilibrante del conjunto de Garnero, y otra con Chávez, pero en todas apareció Monetti para clausurar el arco tripero.
Por el lado de Gimnasia, que terminó el primer tiempo parado de contra y sin la misma intensidad que mostró en el comienzo, tuvo un par de aproximaciones que podrían haber terminado en gol: una con un remate de Pereyra que se fue apenas desviado, mientras que la otra producto de un desborde y centro de Licht que nadie llegó a rozar dentro del área.
En resumidas cuentas, los primeros 45 minutos se dividieron en dos. En el comienzo el Lobo fue el que mejor imagen mostró y le dio un buen trato a la pelota, aunque le faltó precisión y profundidad para lastimar. En tanto que el Taladro fue más desde los 25’ y contó con tres posibilidades que de haberlas aprovechado, otro habría sido el resultado.
Así como el comienzo del partido y parte del primer tiempo fue bastante entretenido, el andar de casi todo el complemento lejos estuvo de ser vistoso, mucho menos emotivo. Ambos equipos se repartieron la pelota y ninguno logró vulnerar a la defensa rival, siendo la imprecisión y la ausencia en la generación de juego asociado el común denominador.
Aunque parezca mentira, recién a los 30’ se registró la primera situación de peligro y fue a favor de Gimnasia: Licht desbordó por la izquierda y envió un centro para Miloc que, solo por sobre el segundo palo, nunca decidió si bajarla a un compañero o cabecear al arco y la jugada se diluyó.
Tras esa chance, y mientras los dos equipos jugaban más a no equivocarse que buscar el triunfo con convicción, el Taladro contó con dos tiros libres a favor sobre el borde del área, pero los desaprovechó por completo y de esa manera dejó de lado cualquier intento por adueñarse de la victoria.
Pero dicen que en el fútbol nunca está dicho todo hasta la última jugada, el último suspiro. Y de eso pueden dar fe Gimnasia y Banfield. Porque cuando se estaban por cumplir los 3 minutos que Pompei había adicionado desapareció la imprecisión que había reinado durante todo el encuentro y Licht le puso una magistral a pelota a Quiroga y éste, con un gran gesto técnico y visión de juego bajó la pelota para que García, con tiempo e inteligencia, definiera suave al palo izquierdo de Santillo y decretara el agónico, trabajoso e y festejado hasta el cansancio por el mundo tripero.
En un partido mal jugado por los dos, el Lobo se iluminó sobre el final y se quedó entonces con tres puntos muy valiosos ante un rival directo como el Taladro, al cual también estiró la diferencia en la tabla a cuatro unidades. Tercera victoria al hilo para el equipo de Troglio, que se ilusiona cada vez más con lograr ese preciado deseo de lograr el ascenso a Primera.
De esta manera se mantuvo el encuentro hasta los 20 minutos, aproximadamente. Pero desde entonces el Lobo empezó a perder la pelota y Banfield se adelantó en la cancha, tuvo un par de chances para convertir y así el trámite del encuentro se tornó más parejo que en el inicio. Igualmente, no hubo un dominador claro al cabo de la primera media hora de juego.
En el último cuarto de hora fueron los locales los que más generaron situaciones claras para convertir dos veces a través de Prichoda, el jugador más desequilibrante del conjunto de Garnero, y otra con Chávez, pero en todas apareció Monetti para clausurar el arco tripero.
Por el lado de Gimnasia, que terminó el primer tiempo parado de contra y sin la misma intensidad que mostró en el comienzo, tuvo un par de aproximaciones que podrían haber terminado en gol: una con un remate de Pereyra que se fue apenas desviado, mientras que la otra producto de un desborde y centro de Licht que nadie llegó a rozar dentro del área.
En resumidas cuentas, los primeros 45 minutos se dividieron en dos. En el comienzo el Lobo fue el que mejor imagen mostró y le dio un buen trato a la pelota, aunque le faltó precisión y profundidad para lastimar. En tanto que el Taladro fue más desde los 25’ y contó con tres posibilidades que de haberlas aprovechado, otro habría sido el resultado.
Así como el comienzo del partido y parte del primer tiempo fue bastante entretenido, el andar de casi todo el complemento lejos estuvo de ser vistoso, mucho menos emotivo. Ambos equipos se repartieron la pelota y ninguno logró vulnerar a la defensa rival, siendo la imprecisión y la ausencia en la generación de juego asociado el común denominador.
Aunque parezca mentira, recién a los 30’ se registró la primera situación de peligro y fue a favor de Gimnasia: Licht desbordó por la izquierda y envió un centro para Miloc que, solo por sobre el segundo palo, nunca decidió si bajarla a un compañero o cabecear al arco y la jugada se diluyó.
Tras esa chance, y mientras los dos equipos jugaban más a no equivocarse que buscar el triunfo con convicción, el Taladro contó con dos tiros libres a favor sobre el borde del área, pero los desaprovechó por completo y de esa manera dejó de lado cualquier intento por adueñarse de la victoria.
Pero dicen que en el fútbol nunca está dicho todo hasta la última jugada, el último suspiro. Y de eso pueden dar fe Gimnasia y Banfield. Porque cuando se estaban por cumplir los 3 minutos que Pompei había adicionado desapareció la imprecisión que había reinado durante todo el encuentro y Licht le puso una magistral a pelota a Quiroga y éste, con un gran gesto técnico y visión de juego bajó la pelota para que García, con tiempo e inteligencia, definiera suave al palo izquierdo de Santillo y decretara el agónico, trabajoso e y festejado hasta el cansancio por el mundo tripero.
En un partido mal jugado por los dos, el Lobo se iluminó sobre el final y se quedó entonces con tres puntos muy valiosos ante un rival directo como el Taladro, al cual también estiró la diferencia en la tabla a cuatro unidades. Tercera victoria al hilo para el equipo de Troglio, que se ilusiona cada vez más con lograr ese preciado deseo de lograr el ascenso a Primera.
DANILO&DIEGO
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