Increíble el partido que se le escapó a Gimnasia en Junín. El Lobo fue
muy superior a Sarmiento, generó muchas situaciones para convertir
-hasta marró un penal en los pies de Licht- pero falló en la definición y
todo lo que no concretó en el arco contrario lo terminó pagando muy
caro en el propio, dado que sobre el final del encuentro apareció
Oviedo, la figura de los locales, para marcar el 1 a 0 y sepultar
cualquier ilusión tripera por comenzar el año con una sonrisa.
Fue interesante el arranque de Gimnasia, más allá de algunas zozobras que tuvieron que soportar los albiazules en los primeros minutos, especialmente por un tiro libre de Andrizzi que se fue cerca del arco de Monetti y la movilidad de Oviedo, lo más claro para los locales en la generación de juego y en la tenencia de la pelota.
En este inicio el Lobo tuvo el juego que pretende Troglio y que intentó inculcarle a los jugadores durante la pretemporada: que el equipo sea corto, que proponga presión en el mediocampo y que con pocos toques y construcciones de sus volantes llegue con peligro al área rival. En este son, se destacó la solidez de toda la defensa, la marca y la recuperación de Pouso en el círculo central y las variantes que continuamente aportaron en ofensiva tanto Franco Niell como Facundo Pereyra.
Bajo estos conceptos Gimnasia se fue acomodando en la cancha y puso incómodo al conjunto de Lippi, que de a poco fue perdiendo el control en el mediocampo, sobre todo por la buena presión de los hombres triperos y la practicidad para pasar rápido al ataque.
Así el Lobo contó con varias posibilidades para convertir. Primero con Licht y un remate que se estrelló en el palo derecho de Ischuk, luego con el anticipo de Pereyra que por poco no fue gol y por último con la chance más clara en estos 45 minutos: penal de Tucker sobre Barsottini que el capitán albiazul desaprovechó con un remate débil que se fue desviado.
Si en la primera etapa Gimnasia había sido más que Sarmiento, en el arranque del segundo tiempo no sólo mantuvo esa tendencia sino que agudizó la supremacía. Desde el arranque hasta los 20 minutos fue todo, pero absolutamente todo del Lobo.
A los sesenta segundos Pereyra ya había estrellado la pelota otra vez en el travesaño y unos minutos más tarde Niell primero, y Nacho Fernández después, éste último el jugador más desequilibrante que tuvo el equipo en todo el partido, también contaron con su chance para abrir el marcador, pero al igual en el primer tiempo volvieron a fallar en la definición.
Y como dice aquel trillado refrán futbolero, de que todo lo que no convertís en el arco rival después lo terminás sufriendo en el propio, es lo que en definitiva le sucedió a Gimnasia: a los 26 minutos hubo un quede entre los centrales del Lobo y Oviedo logró anticiparse para decretar el 1 a 0 de los locales, con un soberbio cabezazo, y poner increíblemente todo cuesta arriba para los albiazules.
Desde entonces Sarmiento se abroqueló bien en su terreno y se paró de contra ante un Gimnasia que, sin poder entender el partido que se le estaba escapando de sus manos, siguió buscando, ahora con maneras menos ortodoxas, para llegar a un empate que nunca alcanzó, más allá de un par de aproximaciones, como una chance clara de Barsottini que por muy poco no se le terminó metiendo sobre el palo derecho del arco de los locales o un remate de Nacho Fernández.
De esta manera a Gimnasia se le fue un partido increíble, difícil de explicar.
Fue interesante el arranque de Gimnasia, más allá de algunas zozobras que tuvieron que soportar los albiazules en los primeros minutos, especialmente por un tiro libre de Andrizzi que se fue cerca del arco de Monetti y la movilidad de Oviedo, lo más claro para los locales en la generación de juego y en la tenencia de la pelota.
En este inicio el Lobo tuvo el juego que pretende Troglio y que intentó inculcarle a los jugadores durante la pretemporada: que el equipo sea corto, que proponga presión en el mediocampo y que con pocos toques y construcciones de sus volantes llegue con peligro al área rival. En este son, se destacó la solidez de toda la defensa, la marca y la recuperación de Pouso en el círculo central y las variantes que continuamente aportaron en ofensiva tanto Franco Niell como Facundo Pereyra.
Bajo estos conceptos Gimnasia se fue acomodando en la cancha y puso incómodo al conjunto de Lippi, que de a poco fue perdiendo el control en el mediocampo, sobre todo por la buena presión de los hombres triperos y la practicidad para pasar rápido al ataque.
Así el Lobo contó con varias posibilidades para convertir. Primero con Licht y un remate que se estrelló en el palo derecho de Ischuk, luego con el anticipo de Pereyra que por poco no fue gol y por último con la chance más clara en estos 45 minutos: penal de Tucker sobre Barsottini que el capitán albiazul desaprovechó con un remate débil que se fue desviado.
Si en la primera etapa Gimnasia había sido más que Sarmiento, en el arranque del segundo tiempo no sólo mantuvo esa tendencia sino que agudizó la supremacía. Desde el arranque hasta los 20 minutos fue todo, pero absolutamente todo del Lobo.
A los sesenta segundos Pereyra ya había estrellado la pelota otra vez en el travesaño y unos minutos más tarde Niell primero, y Nacho Fernández después, éste último el jugador más desequilibrante que tuvo el equipo en todo el partido, también contaron con su chance para abrir el marcador, pero al igual en el primer tiempo volvieron a fallar en la definición.
Y como dice aquel trillado refrán futbolero, de que todo lo que no convertís en el arco rival después lo terminás sufriendo en el propio, es lo que en definitiva le sucedió a Gimnasia: a los 26 minutos hubo un quede entre los centrales del Lobo y Oviedo logró anticiparse para decretar el 1 a 0 de los locales, con un soberbio cabezazo, y poner increíblemente todo cuesta arriba para los albiazules.
Desde entonces Sarmiento se abroqueló bien en su terreno y se paró de contra ante un Gimnasia que, sin poder entender el partido que se le estaba escapando de sus manos, siguió buscando, ahora con maneras menos ortodoxas, para llegar a un empate que nunca alcanzó, más allá de un par de aproximaciones, como una chance clara de Barsottini que por muy poco no se le terminó metiendo sobre el palo derecho del arco de los locales o un remate de Nacho Fernández.
De esta manera a Gimnasia se le fue un partido increíble, difícil de explicar.
El Lobo hizo todo para ganar, pero se quedó sin nada. Lo que
generó nunca lo concretó y eso lo terminó pagando muy caro.
LA SINTESIS
SARMIENTO 1
Ischuk; Aguilar, Tucker, Delgado, González; Oviedo, Maidana, Iuvalé, Andrizzi; Cerutti y Vilchez. DT Sergio Lippi
Ischuk; Aguilar, Tucker, Delgado, González; Oviedo, Maidana, Iuvalé, Andrizzi; Cerutti y Vilchez. DT Sergio Lippi
GIMNASIA 0
Monetti; Oreja, Barsottini, Blengio, Licht; Meza, Pouso, Fernández, Matías García; Niell y Pereyra. DT Pedro Troglio
Monetti; Oreja, Barsottini, Blengio, Licht; Meza, Pouso, Fernández, Matías García; Niell y Pereyra. DT Pedro Troglio
Incidencias: PT 46' Licht desvió un penal
Amonestados: PT 14 Oviedo (S), 34’ Meza. ST 24’ Maidana, 34’ Barsottini, 35’ F. González, 47’ Peralta
Expulsado: ST 34’ Troglio
Cambios: ST 20’ Azil por Andrizzi, 25’ Luis Peralta por Niell, Héctor
Cuevas por Vilches, 30’ Quiroga por Meza, 37’ Quiroga por Oviedo
Arbitro: Mauro Giannini
Estadio: Eva Perón (Junín)
Estadio: Eva Perón (Junín)
DANILO&DIEGO
No hay comentarios:
Publicar un comentario